Puestas a tierra de líneas de transmisión

Uno de los aspectos más importantes para tener en cuenta en el diseño de líneas de transmisión desde el punto de vista de descargas atmosféricas.

15 Abr 2012
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Puestas a tierra de líneas de transmisión

Por: Ingeniero Jaime León Ortiz

Introducción

Los  elementos  a tener  en cuenta  para  el diseño  de una línea de transmisión  desde el punto de vista de descargas atmosféricas son:

  • Espaciamiento eléctrico
  • Cantidad de aisladores
  • Ángulo de apantallamiento
  • Sistema de puesta a tierra de las estructuras

Los cuales son ajustados  de modo que ofrezcan una tasa de salidas preestablecida según los criterios básicos del proyecto.

Con respecto a los espaciamientos  eléctricos de las líneas de transmisión,  las exigencias  atmosféricas  tienen  menor importancia  a  medida  que  el  nivel  de  tensión  se  eleva, debido al aumento del nivel de aislamiento de las líneas de transmisión.

La cantidad  de aisladores  de una línea de transmisión  se diseña de tal forma que soporte todo “sobrevoltaje  interno” (sobrevoltajes por maniobra y sobrevoltajes de baja frecuencia), pero no todo  “sobrevoltaje  extremo”  (impulso de voltaje ocasionado por descargas atmosféricas). Lo anterior porque la longitud de la cadena de aisladores sería tan grande que el costo del aislamiento resultaría exageradamente  alto.

Con  respecto  a  los  sobrevoltajes  de  baja  frecuencia  se deben hacer correcciones  por variables  ambientales  tales como:  densidad   relativa   del aire,  humedad   absoluta   y relativa, precipitación    (lluvia),   contaminación    y   viento (factor determinante  del ángulo de balanceo). Pero cuando el   aislamiento    está   sometido   a   impulsos   de   origen atmosférico no se hacen correcciones por variables ambientales porque no alteran el comportamiento del aislamiento (lluvia, humedad, etc.).

Con respecto al ángulo de apantallamiento,  se dice que el blindaje   efectivo   de  los  cuadros   conductores   se  logra cuando la posición  de los cables de guarda es tal, que el número de salidas debido  a la incidencia  de los rayos en los conductores  de fase (descargas  directas)  sea igual a cero. Cuando lo anterior  no puede  ser logrado  se diseña con una metodología  de cálculo para la determinación  del índice  de  salidas  por  descargas  directas  (en  los conductores de fase).

De acuerdo  con las mediciones  efectuadas  en las líneas de transmisión  se establece  que la falla del blindaje  está asociada  con rayos de baja intensidad  de corriente  y las salidas  por descargas  en los cables  de guarda  o en las torres   son   debidas   a   rayos   con   corrientes   de   alta intensidad.

La principal  inquietud  del presente  artículo es analizar las salidas  por flameos  inversos  que se ocasionan  por tener altas resistencias de puesta a tierra en las torres.

1. Descripción del fenómeno

Cuando una descarga atmosférica cae en  un  cable  de guarda, la corriente  debida a la descarga  fluye en ambos sentidos  a través  de la impedancia impulso  del cable  de guarda. (La corriente y la tensión) se propagan hasta llegar a la torre, bajan por esta y se encuentran con una resistencia   de   puesta   a   tierra   que   disipa   la   energía asociada con la descarga atmosférica. (Figura 1 (a)).

Lo mismo podemos decir cuando la descarga atmosférica cae directamente en la torre. (Figura 1 (b)).

Según  la descripción  anterior,  una  descarga  atmosférica, puede  considerarse  como  una  fuente  de corriente  capaz de hacer fluir una corriente permanente (la asociada con el rayo)  a través  de  una  impedancia.  La  tensión  producida por  la  descarga   es  producto   de  la  corriente   y  de  la impedancia a través de la cual fluye.

Las descargas  atmosféricas  que inciden  en los vanos  de los cables de guarda y en las torres, tienen la tendencia de caer en las proximidades  de éstas, porque se constituyen en los puntos más elevados  de las líneas de transmisión. Dependiendo   del  tipo  de  torre  y  de  su  masa  metálica pueden llegar a caer  hasta  el  60%  de  los  rayos  en  las proximidades de la torre.

Cuando   la  descarga atmosférica   cae   en  el  cable   de guarda, induce una fracción de su potencial en los conductores de fase (factor de acople capacitivo entre conductores y cable de guarda).

El problema se presenta cuando la resistencia de puesta a tierra de la torre es alta y la corriente  del rayo “rebota”  o sea que desarrolla  una alta tensión que eleva el potencial de la torre de transmisión  con relación a la resistencia  de puesta a tierra.

La descarga atmosférica  que cae en el cable de guarda o directamente  en  la  torre,  al  llegar  a  la  base  de  la  torre (suelo)  y  encontrar  una  alta resistencia  (resistencia   de puesta  a tierra  de  la estructura)  no  encuentra  un  medio propicio  para el esparcimiento  de la corriente  del rayo de manera  eficiente,  y  hace  que  la  torre  alcance  un  alto potencial eléctrico, que  aumenta  súbitamente  la  tensión entre el brazo de la torre y el conductor  de fase, hasta el punto  que  se supera  el aislamiento  proporcionado  por el aire exterior  a la cadena  de aisladores  y se presenta  un flameo desde el brazo de la torre (que se encuentra  a un alto potencial) y el conductor de base.

Lo anterior es lo que se conoce como flameo inverso y se llama  así  porque  se  genera  desde  el  brazo  de  la  torre hacia el conductor  de fase, como puede  apreciarse  en la figura 2.

Además  la corriente  a través de la torre también  produce un campo magnético variable entre el conductor  de fase y la torre, que contribuye al flameo inverso.

Según todo lo anterior para obtener un número de salidas de la línea aceptable, la resistencia de puesta a tierra debe ser muy baja y más aún cuando el nivel ceráunico es alto.

2. Resistencia de puesta a tierra

La resistencia de puesta a tierra está directamente relacionada con la composición natural del suelo, (características  físicas  y químicas),  es decir, que el suelo será  de  resistencia  baja cuando  sea  altamente  húmedo, con composición arcillosa y con un alto contenido de minerales conductores.  Al contrario se presentará una alta resistencia de puesta a tierra cuando el suelo sea de composición seca y altamente rocosa, lo que implica que la resistencia de puesta a tierra puede variar con la época del año.

Lo anterior tiene lógica, pues la corriente  asociada  con la descarga  atmosférica  al llegar  a la base  de la estructura encuentra  o no, según la composición  del suelo un medio propicio para disipar la energía del rayo.

Cuando  una línea  de transmisión  tiene  continuas  salidas debido a flameos inversos por altas resistencias  de puesta a tierra en las estructuras,  se debe buscar mejorar (bajar) la resistencia que la corriente asociada al rayo encuentra al llegar al suelo.

Sabiendo el nivel ceráunico de la zona por donde cruza la línea  de transmisión,  podemos  por medio  de una gráfica probabilística  de distribución  de rayos, calcular el valor de la corriente de rayo que aceptaremos nos produzca flameo inverso  (la  anterior  decisión,  se  toma  dependiendo   del grado de confiabilidad  que pretendemos  dar a la línea de transmisión);  con dicha corriente y con el voltaje de flameo de  la  cadena   de  aisladores  podemos buscar   el  valor necesario de resistencia de puesta a tierra.

En la práctica  una línea de transmisión  no tiene un valor constante   de  resistencia   de  puesta   a  tierra,  sino  que presenta una gama de valores según la localización  de las distintas torres, por lo que, lo primero al querer mejorar las puestas a tierra de una línea de transmisión  es medir que valores de resistencia tiene cada torre.

Ante el anterior problema, la respuesta más lógica técnicamente  que  podría  ocurrírsenos,  sería  colocar  una malla de tierra en la base de cada estructura,  pues dicha malla  de tierra  disiparía  las corrientes  asociadas  con los rayos. Solución que tiene limitante desde el punto de vista económico.

En vista de lo anterior, los procedimientos  seguidos  en la práctica son:

a) Cables de contrapeso

La  utilización   de  cables  de  contrapeso   es  de  práctica común y consiste en enterrar horizontalmente  cables conductores pegados a las estructuras de las torres, la resistencia disminuirá  con el aumento de la longitud y con aumento   del  diámetro   del  contrapeso   enterrado   (hasta cierto punto).

El sistema de puesta a tierra se comporta como una impedancia   transitoria,   variando   desde   su  valor   inicial hasta el valor de resistencia de dispersión.

En  la figura  3  están  indicadas  las  curvas  que  muestran esta variación para determinada configuración de contrapesos.

Un cable de contrapeso tiene una impedancia inicial de impulso, dependiendo de las condiciones del suelo, normalmente  de 150 a 200 ohmios. Con la propagación de la   onda   de corriente   a   través   del   contrapeso,   esta impedancia de impulso es reducida a su resistencia de dispersión  en  un  período  de  tiempo  dependiendo  de  la longitud del cable y de la velocidad de propagación de impulso.

FIGURA 3. VARIACIÓN DE LA IMPEDANCIA  TRANSITORIA  Y EFECTO DEL NÚMERO DE CONTRAPESOS.

Z            150Ω – Impedancia de impulso. (inicial)

R            10 Ω – Resistencia de dispersión

          Número de cables de contrapeso.

De la anterior figura podemos observar que al colocar más contrapesos bajamos el valor total de la impedancia transitoria inicial. (Es   como colocar resistencias de aproximadamente 145 ohmios en paralelo).

Los impulsos atmosféricos  se propagan en una estructura con una velocidad aproximada del 80% de la velocidad de la luz, o sea:

Además, los impulsos atmosféricos se propagan en un contrapeso  con una velocidad del orden de un tercio de la velocidad de la luz, o sea:

Según lo anterior un contrapeso de 300m, con una impedancia de impulso de aproximadamente 150 ohms, tardaría 6 microsegundos para que su resistencia efectiva sea reducida a su resistencia de dispersión.

Del mismo modo, un cable de contrapeso de 75m, con una impedancia de impulso de aproximadamente 150 ohms, solo necesitará 1.5 microsegundos para reducir su resistencia efectiva a su resistencia de dispersión.

Lo anteriormente descrito, sirve para demostrar que desde el punto de vista de respuesta transitorio (fenómenos muy rápidos), es mejor la utilización de varios cables contrapesos con longitudes menores que un cable contrapeso con longitud muy grande.

La impedancia de impulso inicial de los contrapesos, depende de las condiciones del suelo (normalmente de 150 a 200 ohms) y no depende directamente de la longitud del cable. Por lo que la longitud del contrapeso debe ser tal que el tiempo que tarde el impulso en ir a la punta y volver, sea superior al tiempo de crecimiento del fenómeno. Como estamos hablando de una descarga atmosférica, la cual es normalizada por una onda de 1,2 x 50 μs o superior garantizándonos  que cuando la onda vuelve, (el fenómeno) ya se encuentra decreciendo. (Figura 4).

Como  conocemos   las  velocidades   de  propagación   del impulso  en la torre  y en los contrapesos  y el tiempo  de crecimiento del fenómeno, podemos calcular la longitud del contrapeso.

Visualicemos  la  distancia  que  ha  de  recorrer  el  impulso según la figura 5.

Estableciendo  que la transición es prácticamente  completa en el tiempo necesario  para la onda retornar  del extremo remoto del cable contrapeso.

 

Supongamos una torre de 30m. de altura. El tiempo que transcurre mientras recorre la estructura será:

 

También sabemos que:

Como  es el espacio  de ida y vuelta,  el contrapeso  debe tener una longitud de aproximadamente  62 mts.

Obtendríamos un valor un poco más corto de la longitud de contrapesos,  si asumimos  un tiempo total más cercano al pico  de la onda  normalizada (1.2  µs),  o si tenemos  una estructura más alta.

Si  el  contrapeso   es  muy  largo,  la  parte  crítica  de  la descarga (el ascenso) ya pasó y el impulso no ha llegado a la punta del contrapeso, lo que podría verso como “enterrar la plata”.

Algunos tipos de arreglos de cables contrapesos, utilizados para  el  mejoramiento   de  las  puestas   a  tierra   de  las estructuras  de una línea de transmisión  son mostrados  en la figura 6.

Los  arreglos  (a)  y  (b)  son  muy  costosos  y  solo  traen ventaja  para fenómenos  de baja frecuencia  (60Hz),  pues es el caso de los contrapesos muy largos.

El arreglo más común es el (e).

Figura 6

Los contrapesos teóricamente no tienen que ser demasiado profundos, pero si están muy superficiales pueden ser saqueados fácilmente.

b) Varillas de contrapeso

La utilización de varillas de contrapeso en nuestro medio se hace principalmente para aterrizar pararrayos (copperweld) y consiste en enterar verticalmente varillas conductoras pegadas a las estructuras de las torres y al igual que con los cables de contrapeso la resistencia disminuirá con el aumento de la longitud y aumento del diámetro de la varilla enterrada (hasta cierto punto).

La utilización de varillas de contrapeso se basa en el principio de que la resistencia del suelo mejora con la profundidad (premisa que no es cierta en todos los casos).

Mientras más profundas queden las varillas, mejor será su comportamiento,  pero más complicada y costosa su colocación. En países como Canadá, entierran varillas muy profundas  (hasta  10m)  que  son enterradas  por  etapas  y van siendo ensambladas cuando la anterior está enterrada, método que solo es posible  en suelos  blandos  como  los arcillosos.

En cuanto a los arreglos de varillas de contrapeso  no hay algo  muy  establecido,  pero  lo  que  sí  es  cierto,  es  que mientras más separadas  estén las varillas, más bajo será el valor de puesta a tierra obtenido, pues menos “copado” estará el medio alrededor de cada varilla.

c) Combinación de cables y varillas de contrapeso

Cuando el arreglo de cables de contrapeso  llega a ser del tipo (g) (figura 6) y aún no se ha logrado un valor de resistencia  de  puesta  a  tierra aceptable, se  procede  a enterrar varillas de contrapeso,  aunque también se encuentran  los demás arreglos de la figura 6 combinados con varillas.

d) Aplicación de sal y carbón

La aplicación  de sal común  fue muy utilizada  hasta hace muy poco tiempo, con la característica  de que si rebaja la resistencia  del  terreno,  pero  es  una  solución  temporal, porque al pasar el tiempo el agua va lavando la sal y por consiguiente  va  aumentando  de  nuevo  la resistencia  del terreno.

Por lo anterior, se complementa  la adición de sal al terreno con  la  adición  de  carbón  (de  origen  vegetal)  pues  este último absorbe el agua salada y la retiene. Después de una descarga,  parte del agua  salada  absorbida  por el carbón se “seca” y el carbón absorbe más agua, por lo que cada vez el carbón tendrá agua menos salada.  Además  con el pasar del tiempo y debida a la misma humedad, el carbón se desintegra y permite que se lave la sal.

Es una práctica equivocada  utilizar carbón mineral porque este  no  absorbe  (retiene)  el  agua  salada,  y sería  como tratar de mejorar la resistividad del suelo agregando pequeños trozos de material conductor.

La adición de sal y carbón (vegetal) tienen además la desventaja  de que cuando es una zona altamente  rocosa es prácticamente imposible su aplicación.

Otra desventaja  de la aplicación  de sal como medio para rebajar la resistencia de puesta a tierra se presenta si hay electrodos  de hierro, pues esta contribuye  a su corrosión, especialmente  en terrenos ácidos.

e) Adición de bentonita

La utilización de bentonita como un agregado al terreno en que se construye  la puesta  a tierra es un método  que se utiliza solo en casos extremos  cuando el tipo de suelo es altamente  rocoso,  arenisco  o  volcánico  y  no  es  posible utilizar  métodos  convencionales,   o  por  medio  de  estos obtener valores satisfactorios de puesta a tierra.

La bentonita geológicamente es uno de los más puros minerales   de   arcilla.   El   componente    principal   de   la bentonita  es  la  montmorillonita (pudiendo  llegar  al  80%) por  lo  que  determina  las  propiedades  fundamentales  de ésta.  Lo  más  importante  de  la estructura  de  la montmorillonita  es  que  está  formada  por  tres  planos  de mallas. Estos planos elementales se superponen paralelamente  y forman  una especie  de tejido  de capas. Entre estos tejidos de capas hay espacios vacíos llamados huecos  intercristalinos.  Estos  huecos  tienen  la propiedad de absorber  diversas sustancias,  en especial el agua. Por lo anterior se concluye que para nuestro caso, la propiedad más importante de la montmorillonita y por ende de la bentonita, es la facilidad intercristalina de dilatación.

Otra  propiedad  de la montmorillonita  es la permeabilidad de los poros  y espacios  intercristalinos.  Con la absorción de humedad  cambia el volumen  y la forma exterior de las partículas. Este aumento de volumen disminuye la permeabilidad de los poros de modo que se retiene la humedad por la estructura cristalina formada.

Básicamente  el procedimiento  de mejoramiento  de puesta a tierra a base de bentonita, consiste en rellenar las grietas naturales,  aberturas   y  huecos libres  que  existen  en  el terreno mediante una masa que envuelve las partículas de terreno   y  las  une  eléctricamente,   formando   una   gran superficie buena conductora de electricidad.

Si el terreno  no presenta  grietas  o huecos  naturales,  es necesario producirlos artificialmente  en la proximidad de la puesta a tierra. Estas grietas pueden producirse  mediante pequeñas   explosiones   que   no   afecten   la   resistencia mecánica del terreno. (la cantidad de explosivo dependerá de las propiedades de la roca).

Con esto se producen fisuras capilares extensas en la roca como consecuencia de la onda de choque producida y además por el sacudón que se produce simultáneamente.

La bentonita por ser una sustancia conductora de la electricidad,  su utilización  es muy  apropiada  como  masa de  relleno  y unión,  además  protege  a la puesta  a tierra contra   la  corrosión.   Por  lo  anterior   también   se  utiliza bentonita  en  suelos  de  baja  resistividad   específica,   de

acción corrosiva  ácida en los que se pretende proteger el electrodo o conductor de tierra contra la corrosión (por ejemplo suelos con aguas subterráneas ácidas).

3. Comentarios Finales

Aunque los cables de guarda proporcionan total protección a  los  conductores  de  fase  contra  las  descargas atmosféricas   (descargas   directas), ocurren   salidas   del servicio por flameos inversos que se deben a resistencias de  puesta  a  tierra  elevadas.  Para  vencer  esta  dificultad surgen dos posibilidades:  aumentar el nivel del aislamiento de la línea o disminuir la resistencia de puesta a tierra. Sin embargo,  una  selección  óptima  del aislamiento  debe  ser hecha   cotejando   los  dos  factores:   fallas  del apantallamiento  y descargas  disruptivas  inversas.  Lo que conducirá  a  una correcta  localización  de  los  cables  de guarda y una adecuada  selección  de la puesta a tierra de las estructuras.

Para dar una idea de valores de puesta a tierra, podemos decir que: son muy buenos valores de 20 ohms o menos y que valores por encima de 50 o 60 ohms ya son preocupantes;  para  suelos  altamente  rocosos  se pueden encontrar valores superiores a los 350 ohms.

El método más común en nuestro medio para mejorar las puestas a tierra es la utilización de contrapesos.

Desde el punto de vista de respuesta transitoria,  es mejor la utilización  de varios  cables  contrapeso  con longitudes menores,  a una  cantidad reducida  de  cables  contrapeso con longitudes muy largas.

Según  la  deducción  teórica  del  presente  documento,  se tiene que los primeros  60m de cables de contrapeso  son los más efectivos.

Con la combinación  de contrapesos  y varillas, se obtienen casi siempre valores aceptables de puesta a tierra.

Las resistencias de puesta a tierra obtenidas a partir de sal común   y  carbón   vegetal,   aumentan   con  el  pasar   del tiempo.

Para la obtención  de valores de puesta a tierra en suelos altamente  rocosos,  está la opción  de usar bentonita,  que generalmente  en dichos suelos permite construir puestas a tierra mejores y más baratas que empleando  los sistemas convencionales.

Bibliografía

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3. MONTOYA  , ROMAN R., “Selección  de aislamiento en   líneas   de   transmisión   a   extra   alta   tensión”, Medellín 1987.

4. ORTUONDO , NAVARRO G. “Método para el mejoramiento de puestas  a tierra en terrenos  de alta resistividad”, Santiago de Chile